Así llamábamos sus nietos a Matilde Kusminsky la mujer de Ernesto de toda la vida. Este espacio también oficiaba de living, o sala de estar, sobre todo los sábados cuando nos juntábamos toda la familia
En el año 1945 se instala definitivamente en esta casa del barrio de Santos Lugares, que por entonces era un pueblito de la Provincia de Buenos Aires. Quizás por el parecido de su casa de Rojas donde nació y se crió junto a sus 10 hermanos varones.
Si bien MAtilde Kusminsky no quiso editar nunca sus maravillosos cuentos y poesías, la familia decide hacerlo en dos libros "El conjuro" y "Cenizas y Plegarias" Además de evitar que Ernesto quemara la novela "sobre Heroes y Tumbas, era su editora y primera lectora del work in progress de su compañero de vida."
Si bien esta máquina es eléctrica, toda una modernidad para la época en la cual la adquirió, nunca pudo acostumbrarse a escribir en una computadora, la cual intentó usar cuando desde la editoria Seix Barral le mandaron una, para que pueda terminas el libro "Antes del Fin", que terminó escribiendo finalmente con esa máquina Olivetti. El charango que le regaló Jaime Torres, la foto con los reyes de España, luego de entregarle el premio Cervantes.
Los miles de libros de las bibliotecas están en el mismo orden que Ernesto Sabato los dejó. Todos los libros tienen la intervención de Ernesto y Matilde, que subrayaban y anotaban en sus lecturas. También se pueden leer dedicatorias a los dueños de casa, de escritores que regalaban su último libro, y que hoy son clásicos de la Literatura, como por ejemplo Albert Camus.
Sus pinturas al oleo son oscuras como su obra literaria. Son alrededor de 70 obras que alguna vez expuso en el Centre Pompideu en París. Se destaca su serie de retratos, y aquí vemos a Jean-Paul Sartre, referente para Ernesto, en el compromiso de un escritor con la realidad política y social.
Dejar entrar la luz del sol que poco a poco va saliendo, al igual que dejar entrar la noche hasta quedar en la penumbra. Ernesto se levantaba a las 4 30 de la mañana, se hacía un Te, y lo bebía con la estatua de Ceres detrás de su ventana.
Santos Lugares era una zona de quintas antes de ir convirtiéndose en un pueblito de la Provincia de Buenos Aires. La casa mantiene once de estos enormes árboles, que incluyen una magestuosa Araucaria. El patio tiene farolitos y baldosas negras y blancas, dandole un espíritu Tanguero.
Este estudio fue aluna vez un estudio de Cine, donde todas las paredes no eran sino de vidrio y hacían de este lugar una especie de jardín de invierno cinematográfico, donde se filmaron algunas escenas de la época de oro de nuestro cine.
Fue su espacio de trabajo y refugio en el sus últimos años. Su primera pasión que inició en los jardines de la Escuela Nacional de La plata, sería también la última